La medialuna de San Carlos no tiene el radio (diámetro interno) adecuado y por tanto debe ser sometida a transformaciones estructurales y de paso a urgentes reparaciones y mantenimientos que mejoren sus rangos de seguridad.
La situación quedó en evidencia luego que San Carlos y Pemuco postularan para ser la sede del Clasificatorio zona sur, ante la Federación del rodeo. La calidad del proyecto y las condiciones técnicas de la medialuna de Pemuco inclinó la balanza en su favor, para realizar en esa comuna este calificatorio que se inicia el próximo viernes y al cual se esperan que lleguen unas 130 colleras que buscan clasificar para ir al nacional de Rancagua.
A nivel local se reconoce el estado de la medialuna y por ello es que se han realizado esfuerzos para reunir los fondos que permitan ejecutar las necesarias y urgentes obras. En lo técnico la medialuna de San Carlos tiene un radio mayor que el exigido por la federación, lo que se traduce en que cada collera corre entre 60 y 70 metros más, por lo que debe ser ajustado el radio a los 22, 5 metros que es la medida oficial.
Esto obliga a ejecutar obras de modificación no solo en el ruedo, sino que además en el palco, galería, caseta de jurado etc. Además de lo anterior hay un deterioro evidente por la falta de un mantenimiento regular de la construcción que es una mezcla de metal y madera y cuya estructura requiere de trabajos continuos.
Esta medialuna tiene una capacidad para 7.000 personas y es la segunda más grande de Chile, siendo superada sólo por la Medialuna de Rancagua. Fue construida en los años 80 por los corraleros de la época liderados por Exequiel Segundo Salinas con el apoyo y aporte de agricultores y empresarios de la zona. Esta ubicada en calle Luis Cruz Martínez de San Carlos, en el ingreso sur de la ciudad.
La actividad corralera ha disminuido en San Carlos en cuanto a la realización de rodeos ya que se requiere de un esfuerzo y trabajo voluntario que es cada día más escaso. Hoy el Club de Rodeo de San Carlos está presidido por el agricultor Mario Burgos y si bien la mayoría son corraleros que vibran con esta actividad, han debido acoger en sus filas a personas que no lo practican buscando mantener vivo el espíritu corralero.