Tras la huella de los orígenes de la antipoesía en San Fabián de Alico

Corría agosto de 1996 y Nicanor Parra visitaba por última vez su San Fabián natal para recibir la categoría de Hijo Ilustre de la comuna. En aquella oportunidad, y tal como lo recuerdan varios integrantes del Concejo Municipal, le enseñaron al vate el acta de sesión extraordinaria en donde le conferían el nuevo estatus. Él miró el papel y sobre él  escribió: “Acepto siempre que por Hijo Ilustre, se quiera decir hijo pródigo. Gracias. Nicanor Parra 96”.
Ese día de agosto, el especial carácter del poeta se postergó para dar rienda suelta a los recuerdos de su infancia entre los cerros de Las Guardias, el río, la plaza de la comuna, la escuela de la época y la casa que cobijó a la familia durante varios años.
Ricardo Valenzuela es un obrero agrícola que aún vive en la zona. A él le tocó la importante misión de llevar al poeta hasta el sitio exacto, en donde se emplazó el hogar de los Parra Sandoval y recuerda el momento con entusiasmo. “Lo primero que me dijo cuando se bajó del auto y entró en el terreno fue recordar cuando tenía que cuidar a los chivos que pastaban en los alrededores. Él tenía cuatro o cinco años y se acordaba perfecto de cómo jugaba con piedras para entretenerse y pasar el rato mientras tenía que vigilar a los animales”, precisó.
“Ese día se emocionó al regresar a este lugar. Anduvo recorriendo, mirando los cerros que rodean el sector y lo que más repetía era que pasaba muchas horas en soledad, sólo con la compañía de los chivos y que por eso había memorizado tan bien el paisaje de Las Guardias”, recordó Ricardo.
En busca de las raíces
La casa en donde nació Nicanor no está, pero el predio es cuidado con sigilo por un pariente de la familia. Se trata de José Ulloa, quien suele recibir a los curiosos y turistas que llegan a Las Guardias motivados por conocer la cuna del famoso antipoeta que el pasado lunes recibió el Premio Cervantes.
Este predio sigue perteneciendo a la familia. Hoy es de Juan de Dios Parra Labrín, cuya familia vive en San Carlos actualmente. “Algunas personas dicen que Nicanor no nació aquí y yo también tengo mis dudas. Lo que está claro es que éste es el terreno y acá, entre los dos sauces, había una casa de madera en donde ellos sí vivieron”, señala.
José cuenta que casi todos los días se asoman curiosos, puesto que existe un letrero que recuerda el sitio exacto en donde se encontraba la casa y que reza: “Las Guardias, cuna de Nicanor Parra”.
“Mucha gente se asoma y mira con atención desde afuera, del camino. A veces van pasando y se dan cuenta, detienen el auto y se bajan para mirar y comentar”, cuenta José, quien se hizo cargo del cuidado del predio hace unos siete años. “Cuando Nicanor Parra vino el 96 yo lo vi. Estuvo acá, se paseó por este lugar, pero no tuve comunicación con él. Lo miré de lejos. En aquella oportunidad vino para la Fiesta de la Montaña”, asegura, mientras señala el lugar exacto en donde se encuentra el mítico pozo, en donde la familia se abastecía de agua y que hoy está cubierto por un parrón que ostenta varios años de antigüedad.
“En la entrada, hay un cerezo que tiene como cien años y que debe ser de la época”, indica con el dedo. Aquel cerezo de la entrada, efectivamente fue reconocido por el propio Nicanor como un árbol que fue plantado por su padre. El escrito de aquella experiencia se encuentra atesorado en el liceo local. “Lo reconozco bien. Éste es un árbol que mi padre plantó frente a la puerta. Ilustre padre que en sus buenos tiempos fuera mejor que una ventana abierta. Desde entonces ha pasado tiempo, podría decirlo con certeza. Todo está igual, seguramente. El vino y el ruiseñor encima de la montaña”, escribió el vate acerca de este cerezo.
La parentela
Si bien los vecinos del Clan Parra fallecieron con el paso de los años y la familia se dispersó por otros lugares como Chillán, San Carlos y Santiago, quedan varios descendientes directos de Nicanor. Uno de ellos es Daniel Mena, quien atiende un negocio a pocos kilómetros de Las Guardias, cuna de nacimiento de su ilustre tío. “Mi mamá (ya fallecida) era prima de la Violeta y Nicanor. Ella siempre fue más cercana a la Violeta y por lo que me contaba, eran bien unidas. Mi madre también era cantora y las dos, junto a Natalia Rosales (una amiga en común) salían a cantar por las trillas hasta que la familia emigró a Chillán, por el trabajo de profesor del papá de Nicanor y Violeta”, cuenta.
“Mi mamá los extrañó mucho y nunca les perdió la pista, porque aparecían sus nombres en la radio. Por ejemplo, recuerdo que cuando la Violeta se suicidó, mi mamá lo oyó por las noticias en la radio y le dolió mucho, sufrió mucho”, recuerda.
No se sabe con certeza cuándo la familia se trasladó a Chillán (porque también pasaron por Lautaro y Ancud), pero según los investigadores, podría haber sido en los albores de la década de los veinte, puesto que Nicanor, el mayor de los hijos, entró en 1927 a estudiar al Liceo Narciso Tondreau de Chillán. Dato anexo es que Eduardo “Lalo” Parra nació en 1918 y con certeza, estando ya su madre Rosa Clara en Chillán.
Así lo cree una de aquellas investigadoras. Se trata de la docente de historia Elsa Hormazábal, quien es la presidenta de Nido de Parras, una agrupación que funciona en San Fabián de Alico y que tiene por finalidad estudiar todo lo relacionado con la vida de la familia en aquel sector. “Cuando llegué a vivir a San Fabián me fascinó la historia de los Parra en Las Guardias. De hecho, hoy vivo en el mismo sector”, es lo primero que lanza la profesora quien hoy se desempeña como tal en el Liceo de San Fabián. “Eso fue hace muchos años, por lo que tuve la oportunidad de conocer a personas que estuvieron ligadas con la historia de ellos en San Fabián. Así, investigando y conversando con muchas de aquellas personas que ya fallecieron, llegamos a varias conclusiones. La primera de ellas es que efectivamente Nicanor nació en San Fabián. El terreno en donde nosotros colocamos esa placa, pertenecía a otros familiares, los cuales le prestaron a Nicanor padre el predio para que viviera el tiempo que tenía que permanecer en San Fabián. Su trabajo de docente no le permitía incurrir en grandes gastos, así es que tomó de inmediato la opción del préstamo de esta casa de madera en Las Guardias”, recuerda Elsa con gran entusiasmo.
“El problema es que para su madre, el parto de Nicanor fue muy complicado y la comadrona del sector no quiso arriesgarse para el nacimiento de Violeta. Por eso la trasladaron hasta San Carlos, en donde otro profesor amigo les prestó la casa, en donde se supone que habría dado a luz. Nosotros, sin embargo, hemos llegado a la conclusión que Violeta habría nacido realmente en la posta de la comuna”, precisa.
El reciente lunes 23, el físico y poeta recibió el Premio Cervantes y la localidad celebró la distinción. También lo hicieron el par de álamos que recuerdan el sitio de su nacimiento y el cerezo que su padre plantó sin saber que quedaría como prueba latente de parte de la vida de uno de los artistas más grandes de Chile.
Fuente: La Discusíon

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

World News

نموذج الاتصال