Exigió denominación de origen pero pagó como uva genérica


La presidenta de la Coalición Interregional de Viñateros, Yenny Llanos, anunció que

las asociaciones de la Región del Maule están evaluando llevar hasta Contraloría la disonancia en las cifras de la Declaración de Existencias del SAG. Además, afirmó que "hay fuerzas políticas invisibles que están tratando de torcer el rumbo" del caso en manos de la FNE.
Los viñateros de la zona centro sur del país se encuentran expectantes ante el eventual dictamen de la FNE, el cual esperaban que se concretase en junio.
Todo comenzó en diciembre del año pasado, cuando los productores de uva vinífera, liderados por Yenny Llanos, entregaron una denuncia ante la FNE acusando abuso explotativo del actor dominante (Concha y Toro), disponiendo principalmente de pruebas estadísticas para demostrar abuso de posición dominante y competencia desleal.
— ¿Ha cambiado en algo la situación de la industria tras la investigación en curso de la FNE?
— Durante todo este tiempo hemos venido derribando mitos y las principales excusas de la gran industria para justificar los bajos precios de las uvas. Cuando llegó la vendimia, el actor dominante mostró su poder de forma pública, usando un medio de comunicación para fijar precios ad portas de las cosechas y anunció que no compraría; pero igual se llevó todas las uvas, haciendo bajar los mercados a vista y paciencia de todo el mundo. Hicimos ver esto a la FNE, quien se reunió con productores de Maule, Bío Bío, O'Higgins y la Región Metropolitana.
— ¿Han tomado medidas las autoridades gubernamentales?
— El tema está entrampado en el sentido de que no se sabe qué hacer una vez probados estos abusos. Pienso que la Fiscalía no tendría por qué conversar con otra entidad sobre qué hacer. Claramente el modelo no es el culpable, sino quien le da mal uso, así que lo que se debe hacer es regular y que no vengan a decir que "la solución es la asociatividad". Nosotros no podríamos construir una viña con el 85% del mercado nacional y el 50% del de exportación.
Debería estar prohibido anunciar precios ad portas de la vendimia, no es posible que la mayoría de las uvas se compren en el mercado spot, ni que el precio lo fije el actor dominante sin considerar las variables reales.
— ¿Qué le ha parecido la labor de la FNE?
— Sabemos que la Fiscalía tiene problema de recursos y ha hecho un trabajo enorme, pero lamentablemente hay fuerzas políticas invisibles que están tratando de torcer el rumbo. Decir que hay libertad de precios y, por lo tanto, el actor dominante es libre de fijar el precio que quiera, es como volver al debate sobre si fue primero el huevo o la gallina. Si una autoridad dice eso, entonces, ¿para qué existen la ley de libre competencia, la FNE y el TDLC?
— ¿Han participado de otras instancias para abordar el tema?
— A nivel regional, hay una Mesa del Vino que tenía lugar cada mes, hay comisiones y se trabaja con Indap para afrontar desafíos de fomento. Pero esto no soluciona el problema de fondo y además se avanza a un paso lento. Por ejemplo en el Bío Bío se destina entre $200 millones a $400 millones para vinificar un 1% del valle. En ese sentido, el Estado tendría que poner tanto dinero como lo tiene el actor dominante para igualar las condiciones. Al no fijar reglas, se fomenta directamente al pez gordo.
Denominación de Origen
— ¿Cómo les fue con la implementación de la Denominación de Origen?
— Otra excusa del actor dominante era que en el Valle del Itata se producían uvas genéricas que nadie quiere, aunque llegaban sagradamente todos los años a comprarlas. En esta temporada, el actor dominante exigió el certificado de D.O. pagando por debajo de los costos: la uva país tenía un precio de $80, la moscatel $100 y la corinto $80. En el Bío Bío hubo cuatro centros de compras de uvas que vendieron a Concha y Toro, la que en otro documento expresaba "compra de uva genérica masiva", pese a pedir la D.O.
Es un ejemplo de que cualquier intento de implementar medidas no prioritarias, favorecerá al actor dominante. Se necesita un precio que cubra los costos de producción, siendo $130 por kg el promedio.
— ¿Han desaparecido más productores este año en la zona?
— He visto ya durante la vendimia que acaba de pasar, mucha uva que no se tomó. Esto no se debió a las lluvias, sino a que no se justificaba teniendo en cuenta la mano de obra y el precio. Estimamos que el 30% de los 6.500 productores de la región está desapareciendo. En el Maule, los que trabajaban con secanos interiores están vendiendo, ya que no les es rentable.
— ¿Les llamó la atención el volumen de vino producido?
— Antes de la cosecha y al sumarse las lluvias, se proyectaba una caída de 40%. La SNA advirtió que con suerte llegaríamos a 800 millones de litros, pero ¡sorpresa! hubo en el informe de producción del SAG, una producción de la vendimia pasada de más de 1.000 millones de litros. ¿De dónde salieron esos 200 millones de litros? Nadie se lo explica, excepto diciendo que la lluvia no afectó tanto porque se cosechó incluso cuando estaban podridas las uvas, lo que refuta la tesis del sobre stock esgrimida por el actor dominante.
— ¿Qué acciones están planeando a raíz de esto?
— Las asociaciones del Maule están estudiando la declaración de existencias del SAG del 31 de diciembre para ir a Contraloría, pues da cuenta de una situación que se repite. Ante estas diferencias que no cuadran y que merecen un análisis, es necesario seguir la huella para saber a qué se deben. Como SNA también debería haber una preocupación, ya que sus proyecciones fallaron.
Lo Que Viene
— ¿Ha tenido efecto político todo su esfuerzo para instalar el tema en la agenda?
— Fuimos a la Comisión Nacional de Agricultura del Senado y muchos se mostraron de acuerdo con nuestra postura, pidiendo que Odepa y el SAG se hicieran parte; pero al parecer nadie tuvo respuesta del Ejecutivo, ya que hasta la fecha no se ha instaurado la Mesa Nacional. Hay una Comisión Nacional Vitivinícola que se da por lo general en abril y este año se hizo en junio, pero no fuimos invitados, ni el gran problema de la industria fue puesto en la palestra.
— ¿Cuándo debiera estar listo el fallo de la FNE?
— La Fiscalía vino en junio a visitarnos, anunciando que el informe estaba por salir, pero todavía no se emana y resulta que tampoco habían entrevistado a la gente de O'Higgins. La tónica ha sido que las instituciones estatales no han estado a la altura, porque hay un poder político detrás; no sé qué pasará, pero entregamos pruebas contundentes y fuimos asesorados por expertos tanto en economía como en libre competencia a nivel internacional. Lo mínimo que esperamos es que la FNE reconozca el abuso de posición dominante.

— ¿Cómo debiera comportarse el precio de la uva en 2017?
— Para el próximo año, los precios del mercado deberían subir; pero basándonos en la tónica de nuestra industria del vino, mejor habría que preguntarle a Concha y Toro cómo vendrán los precios y cuándo los publicará. No sacamos nada con conjeturar, porque la lógica no se da en la industria del vino local, ni las estadísticas cuadran.

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