"No hay conexión emocional en sus respuestas". El 5 de agosto «La Segunda» publicó una entrevista a Rafael Garay
donde él hablaba de su enfermedad. "Mi maestro de kudo me dijo 'don't die'. Pero ya no depende de mí", dijo esa vez. Sus respuestas fueron analizadas hoy por la psicóloga forense Margarita Rojo —directora del diplomado en Psicología Forense de la U. Miguel de Cervantes y también experito de la PDI— quien dio su primera hipótesis sobre el perdido académico: una psicopatía de tipo estructurada, como la del «contador de las estrellas» o la del operador de futuros que defraudó a Codelco.
"No quiero señalar que sea un psicópata. Todo esto es una hipótesis. Lo que más llama la atención cuando le preguntan por su enfermedad es que él responde de manera súper racional. No hay una conexión emocional. Y una de las descripciones importantes de la psicopatía es que no existen esta conexión", afirma la académica.
"En las personas comunes esto no se espera, lo esperable es que en algún punto podría tener un quiebre, pero aquí no hay ninguno".
La profesora cita la literatura forense y afirma que "se supone que en términos estadísticos el 1% de la población pudiera tener algún tipo de psicopatía. Un psicópata no necesariamente es un asesino, o un criminal; en el caso de los de tipo estructurado, podría corresponder a personas que cometen delitos de cuello blanco".
Agrega que "aquí hay mucha frialdad y distanciamiento. Habla de aspectos que a otra persona podrían derrumbar emocionalmente (...) Es como si tuvieran un lado B. Eso confunde al resto de la gente, porque al final no saben de qué forma es. Lo que pasa es que entre más indicadores pudiéramos encontrar asociados a la psicopatía, más puntúa para esa hipótesis"
De hecho, Rojo distingue estos rasgos de aquellos que tienen personas víctimas de tortura o que han vivido una guerra de cerca, que también disocian sus emociones de sus pensamientos.