Viñateros del Maule visitan Valle del Itata


Un grupo de 15 productores vitivinícolas de la región del Maule viajaron hasta la provincia de Ñuble para conocer las

diversas experiencias desarrolladas por los agricultores atendidos por INDAP Biobío.
La visita comenzó en Cerro Negro, donde pudieron conocer las instalaciones del Centro de Acopio administrado por la cooperativa Coovicen, que en el 2016 se adjudicó 25 millones de pesos a través de INDAP para instalar su centro de acopio y pudo comercializar más de 2,6 millones de kilos de uva directamente a las grandes viñas.
Juan Carlos Lagos gerente de Coovicen destacó la visita de sus pares del Maule "para nosotros es importantísimo que venga gente a conocer nuestra experiencia, los problemas que tuvimos, y los éxitos que hemos tenido. Nos llena de orgullo. Sabemos que gracias a la asociatividad hemos dado pasos importantes, entonces que venga gente de la VII región es súper motivante".
De Quillón los agricultores atendidos por INDAP Maule conocieron las experiencias individuales de Don Carlos Carrasco, de la Viña Don Goyo en Ránquil, y Fabian Mora, de la Viña Mora Reyes en Guarilihue.
Manuel González, de la corporación regional de desarrollo del Maule, destacó los conocimientos transferidos entre iguales durante la gira, "una de las bases para la transferencia tecnológica de conocimiento es la relación e interacción con otros pares, porque eso les ofrece a los campesinos un sentido de similitud y de comparación. Aquí pudimos ver la innovación mediante la cooperación entre los productores, y eso significa trabajar asociativamente sus debilidades, reforzar sus fortalezas, y a nosotros nos interesa mucho que puedan adquirir e internalizarla".
Acompañando el itinerario de los productores vitivinícolas de la región vecina estuvo presente Jacques Rodríguez, un chileno radicado en Francia que visita el Valle del Itata en búsqueda de productos diferenciados que pretende exportar a Europa.
Para Bernardo Quijada, usuario de INDAP en Talca, la presencia de Jacques y las preguntas que le hacía a los productores permitió visualizar que buscan los exportadores y saber que aún que parezca muy difícil hay posibilidades de llevar el vino producido por los campesinos al continente europeo "Es una buena oportunidad para tirarse al comercio extranjero, vemos que tenemos posibilidad de salir de nuestras fronteras. Ahora descubrimos que los exportadores preguntan por cepas, durabilidad, tratamiento que se le hace al vino, el tiempo de preparación, etc. Ahora sabemos los requisitos que piden los compradores internacionales".

"En esta gira vemos que en la región los viticultores son unidos, y con eso están trazando metas y alcanzándolas, se proyectan a futuro. Esta experiencia yo la llevo para transmitirla a todos mis vecinos y a todos los agricultores de viña", finalizó Bernardo.

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