"Todavía estamos perdiendo colmenares, las abejas se están muriendo de hambre"

En Coronel de Maule estiman que han perdido más de 4 millones de abejas por el incendio.


Una de las actividades agrarias más frecuentes en Coronel de Maule, pueblo ubicado a media hora de Cauquenes (VII región), es la apicultura. Allí hay alrededor de 4.500 colmenas y, según Bernardo Andrade —presidente de la sociedad de apicultores Los Conquistadores— estiman que con el incendio se perdieron casi mil. Eso, dice, significa que más de 4 millones de abejas murieron quemadas, desorientadas por el humo o de hambre.

"La abeja adulta es la que sale a buscar alimento y lo trae a la colmena. Pero con este incendio esa abeja se murió y no llegó al cajón. Entonces, las otras abejas lo que hacen es comerse lo que tienen. Y cuando se lo terminan, a veces se comen a sus crías, por lo que después no hay reposición de abejas. Todavía estamos perdiendo colmenares porque las abejas se están muriendo de hambre", cuenta.

Agrega que "uno llega al apiario y es terrible ver que ya no vuelan, sino que caminan por el suelo porque están desorientadas, no saben qué hacer". Eso fue lo que le pasó con las colmeneras de Coronel de Maule el 18 de enero, cuando partió el incendio.

Andrade dice que una vez que comenzó el fuego, perdió la noción del tiempo. No recuerda muy bien cuántos días pasaron, ni quién fue el primero en sufrir la pérdida de sus abejas.

Lo que sí recuerda es que uno de sus socios, Gonzalo Grandón, mientras trataba de salvar su casa, el fuego apareció el lado donde tenía sus colmenas. Cuando reaccionaron... ya se habían quemado. No tenía nada que hacer.

45 mil hectáreas perdidas
A medida que se avanza por el camino que lleva de Cauquenes a Coronel de Maule, el paisaje cambia drásticamente. Las huertas y plantaciones son reemplazadas por terrenos negros y deshabitados. Los árboles aún permanecen quemados en la orilla del camino y, más allá, en las colinas, se puede ver cómo el verde se alterna con el gris.

"Era una cosa increíble. El fuego como que pasaba, se tomaba los caminos, y quemaba todo por delante", recuerda.
Solo en Cauquenes, el incendio —que se prolongó por más de 10 días— consumió 45 mil hectáreas. La mayoría eran tierras agrícolas que se beneficiaban de la polinización de las abejas. Pero las llamas no solo mataron abejas, también arrasó con la flora de la que se alimentaban.

Andrade explica que en la zona crecen madroños (árbol de cuya flor se puede hacer miel) que también se quemaron, por lo que este año ya no se va a dar de este tipo. Por eso, en Cauquenes comenzaron la "campaña del azúcar" —que se está difundiendo en la radio local— para que las abejas se puedan alimentar durante esta temporada, logren pasar el invierno y se multipliquen en número.
Efectos en la polinización
Producción de fruta en ascuas
Andrade explica que las abejas son esenciales para que vuelva a crecer la vegetación de la zona, por su labor de polinización. "Si se mueren las abejas hay muchas cosas que no vamos a tener. Por ejemplo, la fruta va a ser de otra calidad, y tanto en Cauquenes como en sus alrededores, dependemos de la cosecha de arándanos, cerezos y de las viñas. Si no están las abejas para que se produzca harta fruta, habrá menos trabajo y aumentará la cesantía".

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