La experiencia de entender las diferencias en el Liceo San Nicolás

Publicado: Jueves, 30 Marzo 2017 07:08 Escrito por Mario San Martin
El Liceo Bicentenario San Nicolás ingresó a la Red de Escuelas Líderes en 2011 con el proyecto "La enseñanza por niveles como respuesta

a una Educación Inclusiva y de Calidad", instancia buscaba hacerse cargo de la diversidad de sus estudiantes.

Comprender que los estudiantes vienen de lugares distintos, poseen habilidades y ritmos diferentes fue lo que se propuso, en 2010, el Liceo Bicentenario Polivalente San Nicolás.

Su localización fue clave para que el colegio se planteara ese desafío: con índice de vulnerabilidad de 86%, la comuna de San Nicolás tiene solo 10.000 habitantes. De ellos, alrededor de 7.000 son del campo y solo el restante vive en centros urbanos. Por eso, sus intereses y necesidades son muy variados.

En ese contexto, los estudiantes que ingresaban a primero medio contaban con un gran desfase curricular y una baja expectativa de sí mismos. Una minoría ingresaba a la Enseñanza Superior y la mayoría continuaba trabajando en la agricultura de subsistencia y de recolección de frutos, como sus familias.

Para solucionar esa situación y responder a esas diferencias del alumnado, el liceo resolvió hacer viva la palabra inclusión: resolvieron agrupar los alumnos desde séptimo básico hasta cuarto medio en niveles según cómo los alumnos desarrollaban sus aprendizajes.

"Todos los estudiantes pueden aprender, pero a distintos ritmos y según sus intereses. En el liceo, los jóvenes eligen muchas áreas y van estructurando un camino propio que los satisface, y los compromete consigo mismos, sin competir con otros", afirma Víctor Reyes, director de la institución.

Con esa idea en mente, el establecimiento postuló el proyecto "La enseñanza por niveles como respuesta a una Educación Inclusiva y de Calidad" a la Red de Escuelas Líderes. Al año siguiente, 2011, recibieron una respuesta afirmativa hacia su proyecto y pasaron a ser parte de esta iniciativa que impulsan la Fundación Chile, Fundación Educacional Arauco, Minera Escondida y El Mercurio.

Tras el ingreso a la Red, el proyecto se fortaleció y, gracias a los seminarios que esta imparte, el colegio está trabajando a modo de cursos piloto con proyectos que vinculan varios subsectores.

Hoy, el liceo tiene el orgullo de poder decir que de ahí nacieron varias historias emocionantes. El ingreso a las mejores universidades de jóvenes cuyas familias jamás soñaron con que su hijo asistiera a la Educación Superior aumenta año a año: en 2017, un estudiante que trabajaba recolectando arándanos pudo entrar a medicina en la Pontificia Universidad Católica con la beca Padre Hurtado. "Sin este proyecto en nuestro contexto rural sería muy difícil luchar contra la desigualdad", explica el director.

Pero la inclusión y la defensa de las diferencias no se limitaron al proyecto de nivelación escolar. Actualmente, el liceo desarrolla el proyecto apodado de "Agrupaciones Flexibles", en el que trabaja en grupos pequeños con una didáctica y una evaluación diferente de un mismo contenido. Cuando el alumno supera ciertas metas, puede optar a un nivel superior y luego a otro más avanzado. Así, el estudiante reconoce sus fortalezas y debilidades y puede planear su propio desarrollo académico sin competir con otros compañeros, sino consigo mismo: ese joven puede estar en un nivel avanzado en matemática y, al mismo tiempo, en uno inicial en lenguaje o intermediario en biología, por ejemplo.

"Para nosotros, todos los niños son tratados de manera igual, independientemente de sus destrezas o dificultades", comenta el asistente de educación Luis Andrés Navarro. "La inclusión comienza aceptando las diferencias, celebrando la diversidad y promoviendo el trato equitativo de cada alumno. A los alumnos que le hacemos seguimiento porque les cuesta un poco más con respecto a los demás los potenciamos en sus fortalezas: no hay discriminación", añade.

Asimismo, desde 2008 el colegio cuenta con un programa cuyo objetivo es valorar el pluralismo y variedad de culturas mundial: se enseña inglés, francés, alemán y chino mandarín. Un "abanico de opciones", según el director, desde el cual los estudiantes pueden elegir libremente qué idiomas desean aprender. El proyecto tiene convenios con Institutos de Cooperación Lingüística de las Embajadas de Francia, Alemania y China lo que ha permitido a los alumnos del liceo participar en concursos nacionales e internacionales, realizar pasantías e intercambios.

Gracias a todas esas iniciativas que buscan potenciar las diferencias, el establecimiento quedó, en 2016, en lugar 28 entre los 50 mejores liceos públicos del país y cada día reciben más solicitudes de ingreso al colegio (hoy la matrícula está al límite con 1360 estudiantes). Pero lo principal: algunos de sus estudiantes que antes no aspiraban a un futuro distinto del de sus familias, a partir de este año impartirán clases de alemán, chino mandarín, francés e inglés en la escuela Piedra Lisa, en área rural. Allá, seguramente enseñarán no solo idiomas, sino cómo es posible ir siempre más allá, pese a todas las diferencias y dificultades.

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