A través de una iniciativa, apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), la empresa Kelumilla ha logrado
la aclimatación y cosecha exitosa de la especie Crocus sativus L., más conocida como azafrán, en la localidad de Casablanca. Este auspicioso cultivo está dando alternativas productivas a los pequeños productores locales frente a los problemas derivados del cambio climático, impulsando la agricultura sustentable y la competitividad agrícola en esta zona y el país.
El azafrán es el producto o especia cultivable más caro del planeta, se obtiene de los estigmas de la flor de la planta de Crocus sativus L., que se propaga exclusivamente por cormos. Pero además este cultivo es capaz de resistir duras sequías, fuertes heladas y veranos muy calurosos, por lo que se transforma en una excelente alternativa para mitigar los efectos del cambio climático y potenciar la diversificación económica de la zona, razón por la cual la empresa Kelumilla, se propuso implementar el cultivo de azafrán en el Valle de Casablanca, en la región de Valparaíso.
La iniciativa, apoyada por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura, busca hacer del cultivo del azafrán una alternativa productiva, considerando las notables cualidades que presenta esta especie. Esto dado que el azafrán de más alto precio en el mundo se cultiva en La Mancha, España, un lugar que posee un clima excepcionalmente parecido a la zona central del país.
“Debido a las características que el azafrán posee, la introducción de este cultivo a Chile ha sido un anhelo de larga data en el que hasta ahora se habían invertido recursos, sin lograr resultados sostenidos en el tiempo. Sin embargo, y gracias al apoyo de FIA en con conjunto con la empresa de biotecnología Greenbiofactor, mediante una estrategia basada en investigación y desarrollo que incluye una probada experiencia en biotecnología y cultivo in vitro hemos logrado la introducción exitosa del cultivo en la zona central, algo inédito hasta ahora”, indica el coordinador de la iniciativa, fundador de la empresa Kelumilla, Cristián Holzmann.
Es así como el proyecto ha logrado producir de manera sustentable azafrán de alta calidad en el Valle de Casablanca y en parcelas asociadas en las localidades de Chincolco, Pirque y Polpaico.
El mercado mundial del azafrán alcanza las 60 toneladas, que representan 220 millones de dólares, cada kilo cuesta desde los USD 2000 a granel y USD 15000 en el retail, y se obtiene entre 18 a 22 kilos de azafrán por hectárea cuando son plantados en alta densidad, su cultivo es altamente rentable para pequeños agricultores, con áreas cultivables de un cuarto de hectárea o incluso menos.
“Esta es una excelente alternativa para la Agricultura Familiar Campesina desde el desierto de Atacama hasta la región de La Araucanía, lo que permitiría agregar un nuevo producto competitivo a la canasta exportadora de Chile” afirma el Ejecutivo de Innovación Agraria de FIA, a cargo de la supervisión de estos proyectos, Fernando Arancibia.
Especia de oro para la gastronomía
El azafrán es una planta que se cultiva hace más de 3.500 años, vendría de la Cachemira, introducida en Galia por los fenicios, y más tarde por los cruzados de vuelta de Palestina. Los médicos de los faraones la recetaban para todos los dolores de estómago, y ya era utilizado en la Grecia antigua como tintura.
Esta especia es altamente cotizada en la gastronomía y se utiliza en cocina tanto por su aroma como por su color amarillo oro. Es uno de los condimentos esenciales para dar el sabor y color tradicionales de una paella, también es apreciado en el pescado, en las tajinas y el risotto italiano.
Es un ingrediente clave en el fernet y muchos otros licores. Se encuentra también en las preparaciones azucaradas como los postres azafranados, en particular cremas catalanas al azafrán. Bajo la forma jarabe de azafrán permite realizar originales cocteles, como kirs, punchs y excelentes pastelerías como baba al ron.